Por Marcos Vizcarra
La empresa Aguas Santafesinas anunciará, en breve, una obra más que esperada para Rosario: la renovación de los caños de más de 100 años con los que cuenta la red para distribuir agua potable. Fundamentalmente en el área central, donde se encuentra la mayor parte de los corralitos que la empresa pone en la calles de la ciudad.
Será una obra propia del primer mundo, con tecnología de punta que evitará llevar adelante un trabajo a cielo abierto. Complicando lo mínimo posible la dinámica cotidiana de la ciudad. Ya hay en marcha un proceso que tiene a una empresa de Brasil entre las interesadas. Además, con un proceso similar, también habrá intervenciones en la red cloacal.
La inversión millonaria en dólares, que supone un plazo de 36 meses, hará que lo rosarinos tengan buena presión incluso en los momentos de verano y alta demanda. Pero, al mismo tiempo, le permitirá a la empresa terminar con las pérdidas por las deficiencias de una red obsoleta. La compañía factura el 60 por ciento del agua que potabiliza, el restante 40 por ciento no llega a los domicilios por las filtraciones en los caños centenarios.
El sindicato de “fiestas”
La esposa de Silvio Barrionuevo, el líder del gremio de aguas en Rosario, se tomó una licencia con goce de sueldo para un viaje a Arabia Saudita y Las Canarias, mientras que otro familiar estaba negociando un año de licencia con goce de sueldo para viajar por Europa.
También hubo casos de empleados que se tomaron 40 horas extras en un solo día.
“Cuando llegamos a hacernos cargo de Aguas, la sede era un picnic. Fanta y sándwich en la oficia de calle Salta. Autos de la empresa que se usaban como transporte escolar. Otros que, seguidos por el GPS, vivían estacionados en el Casino. Además de empelados que se retiraban antes y cuando se los advertía nos decían que era la hora de tomar la leche”.
Todos los esposos de las hijas de Barrionuevo encontraron rápido un lugar en Aguas. Se recuperaron 541 días por el control de ausentismo y se ahorraron $43 millones en usos de celular. También realizaron ajustes en presupuestos a tercerizados, como una reducción de $195 millones de un contrato de $500 millones con una firma de la familia Barrionuevo (Ossa) que presta servicios de personal.
Imagen, cortesía Steve Jonshon en pexels.com