"Las tierras usurpadas por Monteverde y su esposa, también llamada “La Resistencia” y otras, deben ser reintegradas a sus legítimos propietarios, tal como lo dispuso la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe. No se trata de un capricho político, sino de cumplir con la ley y con el principio básico de respeto a la propiedad privada. El máximo tribunal provincial dejó firme el desalojo del tambo “La Resistencia” en Nuevo Alberdi", arrancó Gabriel Chumpitaz, quien en octubre próximo busca renovar su banca en Diputados.
De manera insólita, una ordenanza del Concejo Municipal de Rosario decidió ir en contra de la decisión de la Corte, generando un grave precedente institucional y jurídico. Este episodio refleja con claridad hacia dónde pretenden llevar nuestra ciudad: un escenario donde la propiedad privada queda en riesgo y donde los usurpadores son premiados en lugar de ser sancionados. La responsable política de esta maniobra es la señora de Monteverde, quien junto a su espacio “Ciudad Futura” se atribuye el derecho de repartir tierras ajenas como si fueran propias. Bajo el discurso de la solidaridad, en realidad lo que hacen es meter mano en el bolsillo ajeno para hacer caridad con lo de otros, destruyendo lo que con esfuerzo construyeron generaciones de rosarinos", describió.
El diputado nacional Gabriel Chumpitaz, además expresó: “La propiedad privada no se negocia. Si ganan los comunistas, ningún rosarino va a poder dormir tranquilo en su casa ni confiar en lo que con esfuerzo construyó su familia”.
Además, Chumpitaz remarcó: “En Rosario tenemos que elegir: o seguimos el camino de los usurpadores aliados al kirchnerismo y a la señora de Monteverde, o defendemos la libertad, el trabajo y el respeto por la ley”. No podemos permitir que los gerentes de la pobreza sigan avanzando en escaños ni en poder a costa de quienes producen y trabajan. La Justicia ya habló: las tierras deben ser reintegradas a sus dueños. En Venezuela está Maduro. En Rosario, tenemos a una parejita que, aliados con el kirchnerismo, pretende llevarnos hacia el mismo modelo comunista. Hoy la disyuntiva es clara: comunismo o libertad.