La concejala de Iniciativa Popular (IP), Fernanda Gigliani, presentó un proyecto de ordenanza para la creación de un Registro Oficial para los barrios de la ciudad de Rosario.
Con la idea de rescatar la identidad histórica y cultural de los barrios de la ciudad y ante casos repetidos, donde muchos de ellos son conocidos por nombres diferentes a los oficiales, la concejala de IP propuso generar una herramienta de participación ciudadana para definir los nombres de los barrios de Rosario.
“Tablada, Arroyito, Refinería ó La Florida, por citar algunos ejemplos, evidencia cómo algunos barrios son conocidos por nombres diferentes a los oficiales. No estamos hablando solo de una denominación, sino de situaciones que tiene que ver con el arraigo, la historia y la identidad”, explicó Gigliani y agregó: “Es una discusión relacionada con el sentido de pertenencia, la historia y la idiosincrasia barrial”.
En este marco, vale decir que el proyecto pretende crear una herramienta de participación ciudadana de carácter voluntario. Un sistema participativo que permita fortalecer el sentido de comunidad y pertenencia.
El registro, que funcionará en el ámbito de la Dirección General de Vecinales, tendrá como objetivos la diagramación y difusión de los nombres, delimitaciones geográficas y la historia de cada uno de los barrios de la ciudad. Además de los cambios que la ciudadanía o instituciones propongan.
Gigliani explicó que en caso de plantearse un cambio de nombre, se llevará a cabo un procedimiento participativo que llevarán adelante las Asociaciones Vecinales. Se creará un registro de oposición podrán expresar su aceptación o rechazo a los nombres propuestos.
La propuesta de cambio de nombre podrá ser presentada por instituciones barriales, asociaciones vecinales, vecinos y concejales, debiendo incluir una justificación y argumentación que respalde la propuesta.
La misma deberá ser presentada ante la Dirección General de Vecinales, quien colaborará en la organización de la Consulta pública con la Asociación Vecinal correspondiente. Se deberán generar los mecanismos de publicidad necesarios para garantizar el conocimiento de la ciudadanía y la participación de la misma.
Una vez presentada la propuesta, se abrirá un período de consulta pública en las asociaciones vecinales correspondientes, donde los vecinos podrán expresar su opinión y votar a favor o en contra del cambio de nombre y para que un cambio de nombre sea aprobado se requerirá el voto del 70 por ciento de los vecinos que tengan domicilio acreditado en el barrio.
En caso de alcanzar el porcentaje requerido en el artículo precedente, la propuesta de cambio de nombre será elevada al Concejo Municipal para su consideración y aprobación.